Por Juan Carlos Mosquera
Pastor Maranatha
HEBREOS 10: 19-25
INTRODUCCIÓN: Tenemos que estar claros y
definidos en el propósito de entrar a la presencia de Dios. Muchos tienen como
expectativa el pedir y alcanzar algo delante de Dios y ningún problema con eso;
pero tenemos que entender que el primer propósito de estar en la presencia de
Dios es ser cambiados, ser transformados (2Corintios 3: 18). Lo que podemos
alcanzar de parte de Dios es una consecuencia de buscarlo para ser cambiados (Hebreos
11: 6). Entendemos que entonces que todo aquel que se acerca a Dios
sinceramente con una actitud correcta será cambiado. Nadie que entre a su
presencia se quedara igual. En su presencia Dios actúa con todo poder para
traer los cambios que el hombre requiere.
C. ENTENDEMOS QUE EN SU CASA (LA
IGLESIA) TAMBIÉN ESTÁ SU PRESENCIA, HEBREOS 10: 25a. En la presencia de Dios entendemos también la
importancia de otro lugar donde Dios habita y se manifiesta con poder, La
Iglesia. Algunos tienen la idea panteísta de que Dios está en todo lugar y por
lo tanto no es necesario congregarse. Entendamos lo siguiente: Dios está en
todo lugar, pero no se manifiesta en todo lugar. La congregación es el lugar
donde todos unidos alabamos y exaltamos la presencia del Señor (Salmos 22: 22, 25). Es en la congregación
donde recibimos Palabra y Dirección de Dios (Nehemías 8: 2). El congregarse es más que ir a la iglesia. La
realidad del congregarse es tener comunión los unos con los otros en el amor de
Dios y es allí donde Dios envía bendición y vida eterna (Salmos 133: 1-3)
D.
ESTAREMOS APERCIBIDOS DE LA
SEGUNDA VENIDA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. HEBREOS 10: 25c.
“Y tanto más, cuanto veis que aquel día
se acerca”. En la presencia de Dios se nos muestra y recuerdan las cosas
que han de venir, siendo la más importante la segunda venida de nuestro Señor.
Fue en la presencia de Dios y en la comunión con El que al apóstol Juan en la
isla de Patmos se le reveló los acontecimientos futuros y finales de esta
tierra. En la presencia de Dios mantenemos siempre preparados y listos para
esta venida en gloria de nuestro Señor Jesucristo. En su presencia mantenemos
despiertos en el espíritu y con nuestras lámparas llenas de aceite, apercibidos
del sonido de trompeta que anunciará que nuestro Señor está en los aires
esperando a su Iglesia, la que mantuvo en su presencia y en profunda comunión
con El y su pueblo. Mateo 25: 1-13
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