Entrando al Lugar Santísimo – Parte 3

Por Juan Carlos Mosquera
Pastor Maranatha

HEBREOS 10: 19-25

INTRODUCCIÓN: Tenemos que estar claros y definidos en el propósito de entrar a la presencia de Dios. Muchos tienen como expectativa el pedir y alcanzar algo delante de Dios y ningún problema con eso; pero tenemos que entender que el primer propósito de estar en la presencia de Dios es ser cambiados, ser transformados (2 Corintios 3: 18). Lo que podemos alcanzar de parte de Dios es una consecuencia de buscarlo para ser cambiados (Hebreos 11: 6). Entendemos que entonces que todo aquel que se acerca a Dios sinceramente con una actitud correcta será cambiado. Nadie que entre a su presencia se quedara igual. En su presencia Dios actúa con todo poder para traer los cambios que el hombre requiere.

QUE SUCEDE EN NUESTRA VIDA AL ESTAR EN LA PRESENCIA DE DIOS?

A. TENDREMOS FIRMEZA DE FE EN NUESTRA VIDA Y CONFESIÓN CON BASE EN LA FIDELIDAD DE DIOS, HEBREOS 10: 23. El doble ánimo es un mal que ataca muy constantemente a los creyentes. Es una especie de tobogán que unas veces los pone arriba y otras abajo. Unas veces con fe otras con duda. Unas veces fortalecido otras veces debilitado. Nuestra vida de fe alcanzará firmeza cuando estamos en la presencia de Dios porque es allí donde Dios nos manifiesta su fidelidad. Fiel para perdonarnos, fiel para recibirnos, fiel para hacernos aceptos y fiel para bendecirnos. Cuando entendemos entonces que Dios es fiel para cumplir cada cosa que nos ha prometido entonces mantendremos una postura precisa e inamovible de fe. Esa firmeza de fe se manifestará en lo que hablamos y confesamos que veremos de parte de Dios. En la presencia de Dios se acaba la queja y el hablar en incredulidad.

B. NUESTRO CORAZÓN SE LLENARÁ DE AMOR PARA CON NUESTRO PRÓJIMO Y REALIZAR BUENAS OBRAS. HEBREOS 10: 24. La biblia dice que Dios es Amor (1 Juan 4: 16). Según el apóstol Juan yo estoy en la presencia de Dios y permanezco en esa presencia si amo. Es imposible estar en la presencia de Dios y no experimentar el verdadero amor. Seremos tocados por el amor de Dios y completamente llenos. Y no solo para amar más a Dios cada día sino para amar a nuestro prójimo. Nuestro prójimo no es solo nuestra familia o hermanos en la fe sino todo aquel que está a nuestro alrededor incluyendo nuestros enemigos. Es imposible que alguien tenga comunión con Dios y no pueda amar. El amor producirá en nosotros buenas obras. Tito 3: 8

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