Proverbios 17:22 El corazón alegre es buena medicina,
Pero el Espíritu quebrantado seca los huesos.
El Rey viene en las nubes y todo ojo lo verá
Bendiciones a tu vida!
Para el dia de Hoy
Parashá 38 Kóraj
Para el dia de Hoy
Parashá 38 Kóraj
Números 16:1 – 18:32
Por Dr. S. K. Blad
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No robarás
¿Qué pasó con Yishmael cuando Yitsjak, su hermanastro pequeño fue nombrado
portador de las promesas? ¿Qué pasó con Esav cuando su hermano menor obtuvo la
primogenitura y la bendición en lugar suyo? Tuvieron celo y amargura. Esos
celos y esas envidias fueron trasmitidos a sus descendientes a lo largo de las
generaciones, y esa es la causa de las actitudes adversas entre los árabes y
los judíos, entre el Islam y el Judaísmo, y entre los romanos y los judíos,
entre el Cristianismo y el Judaísmo.
Los descendientes de Yishmael adaptaron una religión que cultiva el odio
contra el judío. Lo mismo había sucedido con el cristianismo, se formó una
religión basada en no querer ser como los judíos. Los descendientes de Esav
formaron el Imperio Romano, y el odio contra el judío se puede encontrar en
todo el sistema romano. Los romanos siempre han odiado a los judíos, y la
religión romana sigue con esa actitud. La raíz de este odio está en una
situación familiar.
La cuna para la rebeldía de Kóraj fue su situación familiar, donde su primo
menor fue elegido como jefe sobre él y donde él no fue nombrado a tener un
puesto importante más allá del ministerio levítico normal. ¡Cuán importante es
sacar la envidia de nuestro corazón!
Alguien pensará que HaShem debería haber dado a Koraj un puesto importante
para que no se enfadara y llegara a esta rebeldía. Pero así no funciona en el
Reino. El problema no es HaShem sino la envidia y la falta de humildad en el
hombre carnal. La solución no es darle a un hombre ambicioso un puesto de
responsabilidad, sino que se humille y aprenda a someterse a los líderes que
HaShem ha puesto sobre él. Esa fue la medicina que HaShem estaba dando a Koraj,
pero él no la quiso tomar y tratar con el pecado en su alma, sino desarrolló su
rebeldía hasta que llegó a estas alturas.
Tenemos ejemplos contrarios que muestran que no hubo envidia cuando el
hermano menor fue nombrado a una posición superior; Moshé y Aharón, Efrayim y
Menashé.
¡Qué grandeza había en Yosef, porque logró inculcar la Torá en sus dos
hijos mayores para que no tuvieran la misma envidia y peleas que él mismo había
experimentado con sus hermanos! Yosef pudo romper esa maldición generacional y
combatir y erradicar de su propia familia toda clase de envidia.
De la misma manera los descendientes de Kóraj lograron romper la maldición
familiar y llegar a ser autores de varios Salmos en las Escrituras. Eran
levitas, que tenían puestos importantes. El profeta Samuel fue descendiente de
Kóraj, cf. 1 Crónicas 6:33-38. El que está contento y fiel en la posición y el
llamado que el Eterno le ha dado, recibirá una gran recompensa. Si nos
humillamos bajo la poderosa mano del Eterno, El nos exalta, en su debido tiempo,
como está escrito en 1 Pedro 5:5-6:
“Asimismo, vosotros los más jóvenes, estad sujetos a los mayores; y todos,
revestíos de humildad en vuestro trato mutuo, porque ELOHIM RESISTE A LOS
SOBERBIOS, PERO DA GRACIA A LOS HUMILDES. Humillaos, pues, bajo la poderosa
mano de Elohim, para que Él os exalte a su debido tiempo”
Kóraj se reveló y perdió todo, fue tragado por la tierra junto con los que
le habían seguido en su espíritu rebelde. Pero algunos pocos de sus
descendientes lograron salvar sus vidas, mediante la teshuvá, arrepentimiento.
En Números 26:8-9 está escrito:
“El hijo de Palú: Eliav. Y los hijos de Eliav: Nemuel, Datán y Aviram.
Estos son el Datán y el Aviram convocadores de la asamblea, y que contendieron
contra Moshé y contra Aharón con el grupo de Koraj, cuando contendieron contra
HaShem”
El padre de Datán fue Eliav, hijo de Palú, de la tribu de Reuvén. Reuvén
había sido desplazado como primogénito, en cuanto a la herencia de la
primogenitura y la promesa mesiánica. Vemos el mismo patrón aquí como en el
caso de Kóraj. ¿Será que Reuvén no había logrado combatir todo el sentimiento
de envidia y de rencor por ser desplazado, y por eso pudo enraizarse en sus
descendientes?
El espíritu rebelde contamina y los rebeldes se unen en su locura. Al comparar
Números 2:10 con 3:29 vemos que los reuvenitas tenían su campamento al sur del
Mishkán, tabernáculo, al igual que los hijos de Kehat. HaShem los puso juntos.
En lugar de combatir la envidia desarrollaron la rebeldía y se unieron los
rebeldes para que al final se levantaran contra el que representaba a HaShem,
Moshé, acusándole de haberse levantado a si mismo y a su hermano Aharón en
posiciones de liderazgo sobre el pueblo por iniciativa propia.
16:2 “y se alzaron contra Moshé, junto con algunos de los hijos de Israel,
doscientos cincuenta jefes de la congregación, convocados a la reunión, hombres
de renombre.” – Los que se rebelaron tenían posiciones altas en el pueblo.
16:3 “Y se juntaron contra Moshé y Aharón, y les dijeron: ¡Es
demasiado para vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y
HaShem está en medio de ellos. ¿Por qué, entonces, os levantáis por encima de
la asamblea de HaShem?” – Dijeron a Moshé y Aharón: “Es mucho para vosotros”
(“rav lajem”). “Tenéis una posición demasiado alta.” “Os levantáis por encima
de la asamblea.” “Vais en contra de las reglas democráticas.” Pensaban que
Moshé estaba dando privilegios a sus familiares y allegados. Ellos dudaron del
origen divino de lo que estaba haciendo Moshé.
En Mateo 24:45 está escrito:
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien su señor puso sobre los
de su casa para que les diera la comida a su tiempo?”
Este texto nos enseña que HaShem es el que pone líderes SOBRE otros. No es
lo mismo levantarse a si mismo que ser levantado por HaShem. Moshé no había
escogido la posición que tenía por encima del pueblo. El Eterno lo había puesto
allí, al igual que Aharón. Así que, al criticar esas posiciones, no estaban
criticando a los hombres, sino a HaShem que los había puesto allí.
16:4 “Cuando Moshé escuchó esto, cayó sobre su rostro” – ¿Cuál fue la
reacción de Moshé? Se postró ante HaShem, que le había puesto en esa posición,
en lugar de defenderse ante las acusaciones del pueblo. El que se humilla será
enaltecido. Moshé y Aharón se sometieron bajo la mano poderosa del Eterno, y
así podían combatir la rebeldía, dejando todo en las manos del Eterno.
En 2 Timoteo 2:19 está escrito:
“No obstante, el sólido fundamento de Elohim permanece firme, teniendo este
sello: El Señor conoce a los que son suyos, y: Que se aparte de la iniquidad
todo aquel que menciona el nombre del Señor.”
En los momentos críticos, cuando todo es llevado a un
punto de enfrentamiento, hay algo que permanece y no tambalea, el fundamento de
Elohim. El sello de ese fundamento tiene dos mensajes:
·
HaShem conoce a los que son suyos.
·
Todo aquel que invoca el nombre de HaShem se aparta de la iniquidad.
16:5 “y habló a Kóraj y a todo su grupo, diciendo: Mañana temprano
HaShem mostrará quién es de Él, y quién es santo, y lo acercará a sí; aquel a
quien Él escoja, lo acercará a sí.” – Este texto tiene que ver con el primer
mensaje del sello del fundamento de Elohim, “HaShem conoce a los que son
suyos”. El segundo mensaje está en el versículo 21, ver comentario abajo.
16:7 “y poned fuego en ellos, y echad incienso sobre ellos mañana en la
presencia de HaShem; y el hombre a quien HaShem escoja será el que es santo.
¡Es demasiado para vosotros, hijos de Leví!” – Los levitas ya tenían una
posición alta, pero estaban buscando una posición superior, sin entender quién
es el que pone autoridades. Moshé dice que así no se hacen las cosas en el
Reino. No se puede buscar una posición de autoridad sin humillarse ante el
Eterno. Los puestos no son logrados mediante un afán humano y medios forzosos o
influencias humanas. HaShem es el que pone líderes. Él es el quien levanta y
eleva a las personas a las posiciones altas. ¡Ten mucho cuidado con la lucha de
poder! Si no sabemos dónde está la fuente de autoridad, estamos perdidos.
Los rebeldes invocaron el poder del pueblo, para afirmar su posición de
liderazgo, como diciendo: “Todo el pueblo es santo, tiene una posición alta
delante del Eterno. Vosotros estáis tomando una posición demasiado alta, puesto
que todos somos iguales. Nadie es mejor que otro. Así que nosotros también
podemos opinar. Nosotros también podemos estar en una posición alta.”
Algunos comentaristas opinan que fueron los primogénitos de la tribu de
Reuvén que se levantaron junto con Kóraj. Los primogénitos habían sido
reemplazados por los levitas en su función de sacerdocio. Sin embargo no podían
exigir una posición que HaShem les había quitado. No entendían la esencia de la
autoridad. La autoridad NO viene del pueblo, sino de Elohim, el Juez Supremo, que
es la Autoridad Máxima.
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