Deuteronomio 9
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Dios destruirá a las naciones de Canaán
9 Oye, Israel: tú vas hoy a pasar el Jordán, para entrar a desposeer a naciones más numerosas y más poderosas que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo;
2 un pueblo grande y alto, hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, y has oído decir: ¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anac?3 Entiende, pues, hoy, que es Hashem tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti; y tú los echarás, y los destruirás en seguida, como Hashem te ha dicho.
4 No pienses en tu corazón cuando Hashem tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Hashem a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Hashem las arroja de delante de ti.
5 No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Hashem tu Dios las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que Hashem juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
La rebelión de Israel en Horeb
(Ex. 31.18--32.35)
6 Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Hashem tu Dios te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú.7 Acuérdate, no olvides que has provocado la ira de Hashem tu Dios en el desierto; desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes a Hashem.
8 En Horeb provocasteis a ira a Hashem, y se enojó Hashem contra vosotros para destruiros.
9 Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Hashem hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua;
10 y me dio Hashem las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que os habló Hashem en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea.
11 Sucedió al fin de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto.
12 Y me dijo Hashem: Levántate, desciende pronto de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido; pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho una imagen de fundición.
13 Y me habló Hashem, diciendo: He observado a ese pueblo, y he aquí que es pueblo duro de cerviz.
14 Déjame que los destruya, y borre su nombre de debajo del cielo, y yo te pondré sobre una nación fuerte y mucho más numerosa que ellos.
15 Y volví y descendí del monte, el cual ardía en fuego, con las tablas del pacto en mis dos manos.
16 Y miré, y he aquí habíais pecado contra Hashem vuestro Dios; os habíais hecho un becerro de fundición, apartándoos pronto del camino que Hashem os había mandado.
17 Entonces tomé las dos tablas y las arrojé de mis dos manos, y las quebré delante de vuestros ojos.
18 Y me postré delante de Hashem como antes, cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro pecado que habíais cometido haciendo el mal ante los ojos de Hashem para enojarlo.
19 Porque temí a causa del furor y de la ira con que Hashem estaba enojado contra vosotros para destruiros. Pero Hashem me escuchó aun esta vez.
20 Contra Aarón también se enojó Hashem en gran manera para destruirlo; y también oré por Aarón en aquel entonces.
21 Y tomé el objeto de vuestro pecado, el becerro que habíais hecho, y lo quemé en el fuego, y lo desmenucé moliéndolo muy bien, hasta que fue reducido a polvo; y eché el polvo de él en el arroyo que descendía del monte.
22 También en Tabera, en Masah y en Kibrot-hataava provocasteis a ira a Hashem.
23 Y cuando Hashem os envió desde Cades-barnea, diciendo: Subid y poseed la tierra que yo os he dado, también fuisteis rebeldes al mandato de Hashem vuestro Dios, y no le creísteis, ni obedecisteis a su voz.
24 Rebeldes habéis sido a Hashem desde el día que yo os conozco.
25 Me postré, pues, delante de Hashem; cuarenta días y cuarenta noches estuve postrado, porque Hashem dijo que os había de destruir.
26 Y oré a Hashem, diciendo: Oh Señor Hashem, no destruyas a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano poderosa.
27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a su impiedad ni a su pecado,
28 no sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo Hashem introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.
29 Y ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran poder y con tu brazo extendido
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